Nuestra perspectiva ha cambiado, pero no por cambiar de lugar, sino de era.

Deconstruida la colonia, se revaloriza lo originario. Enhorabuena. Sólo quedan resabios de aquellos días “de la raza”, que sobreviven en nostálgicas miradas de un colonialismo económico-territorial-cultural que se autorredimía en la cruz, manchada con la sangre infligida por el filo de su propia espada.

Hoy, lo diverso es parte de nuestra era, junto al proceso de reconocimiento, aceptación y valorización. Bienvenida la diversidad, pues, la del otro/a diferente, cuya mirada nos configura y, sin duda, así las cosas, nos ve mejores.

LA DIVERSIDAD COMO CAMBIO DE ERA
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